Hoy se cumplen 5 años desde que
ocurrió la triple catástrofe de Fukushima. La primera de ellas fue el devastador
terremoto que liberó tal cantidad de energía que provocó el segundo desastre:
el tsunami. Eventos de tal magnitud están lejos del control que el hombre ansia
ejercer sobre el planeta; pero no el tercero.
Es mucha la información que se puede encontrar al respecto, así que haré
un breve resumen.
La llegada del tsunami penetró en
la central nuclear Fukushima ocasionando fallos tecnológicos, perdiendo el
control de la misma y de sus reactores, que finalmente llevó a las autoridades
a declarar el “estado de emergencia nuclear”. Como era de prever, se produjeron
grandes daños ambientales, económicos y humanos. Muchas de las personas que
fueron evacuadas siguen actualmente sin poder volver a sus hogares debido a las
altas concentraciones de radiación que aún prevalecen en las zonas afectadas. Y
a pesar de los datos y estudios recogidos hasta hoy, las verdaderas
consecuencias del desastre sólo se podrán evaluar a largo plazo.
Aun así, el gobierno pretende reabrir
centrales en un futuro, mientras que la mayor parte de la ciudadanía se opone
por miedo a sufrir una nueva tragedia.
Fukushima no fue un hecho
aislado, sino que a lo largo de la historia se han repetido en varias ocasiones
este tipo de incidentes. (Entre los más significativos: Three Mile Island,
Chernóbil).
El presidente del Foro de la Industria Nuclear Española ha declarado que “Las centrales nucleares ya eran seguras antes de Fukushima y ahora lo son más”. En España contamos con la central de Garoña, que ya ha superado los 40 años de vida útil para la que estaba preparada. Cuando se debería estar contemplando su desmantelamiento, se trabaja en asegurar su continuidad bajo la petición de una licencia de reapertura para operar hasta los 60 años.
El presidente del Foro de la Industria Nuclear Española ha declarado que “Las centrales nucleares ya eran seguras antes de Fukushima y ahora lo son más”. En España contamos con la central de Garoña, que ya ha superado los 40 años de vida útil para la que estaba preparada. Cuando se debería estar contemplando su desmantelamiento, se trabaja en asegurar su continuidad bajo la petición de una licencia de reapertura para operar hasta los 60 años.
Hoy no busco dar mi opinión, sino animaros a que la vuestra sea
fruto de la búsqueda de vuestras propias conclusiones a través de la información, y a que no caigáis en las voces de quien aprovecha la falta de ella.
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